Apagón en España: ¿qué ocurrió y qué lecciones deja para el sector energético? 

El pasado 28 de abril, España y Portugal vivieron uno de los mayores apagones eléctricos de su historia reciente. A las 12:33 horas, una desconexión súbita en la interconexión con Francia provocó una caída masiva del suministro eléctrico, afectando a millones de personas y servicios esenciales. Este evento pone de manifiesto la vulnerabilidad de nuestras infraestructuras energéticas y la necesidad de contar con sistemas de gestión más resilientes y eficientes.

¿Qué se cree que provocó el apagón? 

Según Red Eléctrica de España (REE), el apagón se debió a una desconexión inesperada de dos líneas de interconexión con Francia. Esta interrupción generó un desequilibrio instantáneo entre la generación y la demanda de electricidad, lo que llevó a una caída brusca de la frecuencia en la red eléctrica ibérica. Para evitar un colapso total, se activaron mecanismos automáticos de protección que desconectaron aproximadamente 9.200 MW de demanda eléctrica en cuestión de segundos.  

Impacto en la ciudadanía y los servicios 

El apagón afectó a numerosas ciudades españolas, incluyendo Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Zaragoza, así como a regiones de Portugal. Los cortes de suministro eléctrico provocaron la paralización de servicios de transporte como el metro y los trenes, interrupciones en hospitales, fallos en semáforos y problemas en las redes de telecomunicaciones. Aunque el suministro se fue restableciendo de forma gradual, algunas zonas permanecieron sin electricidad durante varias horas.  

Lecciones para el sector energético 

Este incidente evidencia la importancia de contar con sistemas eléctricos robustos y flexibles que puedan adaptarse rápidamente a situaciones imprevistas. La creciente integración de energías renovables y la digitalización del sector requieren herramientas avanzadas que permitan una gestión eficiente y en tiempo real de la demanda y la oferta energética.  

Además, destaca la necesidad de mejorar la coordinación entre los operadores de redes eléctricas a nivel internacional y de invertir en infraestructuras que aumenten la resiliencia del sistema ante posibles fallos o ataques externos.  

El apagón del 28 de abril de 2025 es un recordatorio de los desafíos que enfrenta el sector energético en la actualidad. La inversión en infraestructuras resilientes, la mejora de la coordinación internacional y la adopción de herramientas de gestión avanzadas son pasos fundamentales para construir un sistema eléctrico más seguro y eficiente para todos. 

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